Verona desbordaba de alegría. Los Montesco y los Capuleto, las dos familias rivales, habían decidido cesar en su hostilidad secular y, para sellar la alianza acordaron celebrar dos matrimonios entre sus herederos Romeo y Julieto y las doncellas Rosalina y Cordelia.

Sin embargo, los acontecimientos no se desarrollarían tal como habían sido previstos. Romeo y Julieto, enamorados en secreto, huyeron la víspera de los esponsales abandonando a sus respectivas prometidas para bochorno de las dos familias, las cuales, culpando cada una a la otra del fracaso de la frustrada alianza así como de la ignominia sufrida, rompieron las hostilidades con mayor fiereza que nunca, corriendo ríos de sangre por las calles de la torturada ciudad.

Dado que en Italia no estaba reconocido todavía el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, los dos enamorados se desplazaron a España y tras convertirse en marido y marido vivieron felices, aunque no comieron perdices dada su condición de veganos.