Ya prometía



Paseaban Adán y Eva por el campo cuando vieron al pequeño Caín pisoteando un hormiguero.

-¡Caín, no hagas eso, no mates a las pobres hormigas! -le reprendió su madre.

-Déjalo, mujer, tampoco tiene tanta importancia -terció Adán-. Los niños pequeños son crueles a su manera, pero ya se le pasará cuando crezca.

Y ambos continuaron con su paseo mientras Caín se olvidaba del hormiguero fijando su atención en un lustroso escarabajo que tuvo la mala suerte de pasar por allí.


Publicado el 23-2-2018