Control de calidad
MINISTERIO DE ALMAS |
A Su Santidad el Arcángel Gabriel
Asesor divino
Amantísimo hermano en el Amor del Señor:
Por la presente, deseo manifestarte mi más profunda preocupación, en mi condición de responsable del Negociado de Ingresos y Clasificación, ante el problema que venimos padeciendo desde hace tiempo en nuestro departamento, el cual, lejos de mejorar, cada vez se agrava más.
Me estoy refiriendo al alarmante incremento en el número de almas que ingresan en el Cielo procedentes de cuerpos que en vida padecieron alzheimer u otros tipos de demencia senil, con el consiguiente deterioro, entre severo y total, de sus capacidades intelectuales. Como supongo que no ignorarás, el nivel cognitivo de las almas a su llegada a mi negociado se corresponde siempre con el de sus respectivas encarnaciones mortales justo en el momento de su fallecimiento, por lo que resulta fácil deducir el estado de conservación de las mismas.
Lamentablemente, y debido a la normativa legal vigente que nos vemos obligados a acatar, poco es lo que podemos hacer para intentar paliar las consecuencias indeseables de este problema, ya que los algoritmos de refinamiento mental que aplicamos como protocolo habitual a todos los ingresos, suelen mostrarse insuficientes para reparar la totalidad de los daños causados, salvo cuando éstos no son demasiado severos. Por otro lado, esto no es de extrañar teniendo en cuenta que estos algoritmos fueron diseñados originalmente para los australopitecos, no habiendo sido actualizados desde entonces pese al enorme desarrollo cerebral experimentado durante este período de tiempo por la especie humana.
Es por ello por lo que nos vemos materialmente imposibilitados de devolver a estas almas a su estado anterior al deterioro cognitivo, lo que nos obliga a remitirlas muy a pesar nuestro a la sección del Limbo, donde aun cuando sean felices dentro de su limitada capacidad de percepción y raciocinio, es evidente que se convierten en especímenes carentes de utilidad al ser incapaces por completo de venerar a Él. Cierto es, no vamos a engañarnos, que en la práctica, dada la mediocridad media de la especie humana, un gran número de almas no deterioradas tampoco nos vienen a servir de mucho, y ahí están las estadísticas del subnegociado de Clasificación para demostrarlo. Pese a todo, siempre existirá, de acuerdo con las leyes de la probabilidad, una minoría de almas selectas (categorías A superior, A, e incluso B) que podrían habernos rendido unos resultados óptimos y que, sin embargo, acabamos perdiendo de forma irreversible, dado que las enfermedades degenerativas mentales suelen afectar por igual a todos los especímenes con independencia de sus respectivos niveles de inteligencia.
Omito aquí, por no ser mi deseo entrometerme en competencias ajenas, transmitirte la opinión del responsable del negociado del Limbo, aunque puedo asegurarte que hemos mantenido frecuentes intercambios de opiniones sobre este problema común, estando siempre de acuerdo en que resultaría imperioso afrontarlo de una vez por todas.
Sin embargo, y pese a que existen varias posibles estrategias alternativas que nos permitirían, si no soslayar, sí cuanto menos paliar siquiera en parte estos perjuicios indeseados, siempre nos hemos venido topando con la barrera infranqueable de la normativa legal vigente o, como ocurre en el caso de los algoritmos refinadores, con la inexistencia de versiones actualizadas y convenientemente eficaces de los mismos, algo que resulta difícil de entender dependiendo como depende de Alguien omnipotente y omnisciente, y líbreme Él de cuestionar siquiera su infinita sabiduría.
Habiéndonos visto obligados a renunciar a las citadas actualizaciones de los algoritmos refinadores, hemos propuesto también, sin otro resultado que el silencio administrativo, dos posibles alternativas que desearía poner en conocimiento tuyo en el deseo de que las pudieras tener en consideración, algo necesario dado que ambas implicarían modificaciones legislativas importantes aunque, en compensación, garantizarían una erradicación completa del problema.
La primera de ellas consistiría en realizar copias de seguridad periódicas de las almas de todos los fieles mientras éstos estuvieran todavía con vida y en disfrute de sus capacidades mentales plenas; de las copias consecutivas tan sólo se conservaría la más reciente, la cual se utilizaría en lugar del alma que nos llegara tan sólo en caso de un deterioro mental lo suficientemente severo como para impedir su reparación por métodos convencionales. Esto nos garantizaría poder disponer de las almas, o bien de sus copias anteriores, siempre en condiciones óptimas, aunque no ignoramos que tropezaríamos con todo un acervo de jurisprudencia contraria a estas prácticas, algo difícil de ignorar pese a su evidente obsolescencia. Por otro lado, nos encontraríamos también con la oposición más que garantizada de los sectores más conservadores del Consejo Asesor, los cuales rechazan de plano todo cuanto tenga que ver con posibles copias mentales alegando, sin ninguna razón convincente, que esto supondría una duplicidad arbitraria de unos individuos que por definición han de ser siempre únicos, al tiempo que condenan también la hipotética destrucción de las copias anticuadas arguyendo, en una escandalosa contradicción con sus propios postulados, que se trataría de un almicidio... absurdo, pero real.
La segunda alternativa, que nos permitiría soslayar estos obstáculos, consistiría en la erradicación milagrosa de todas las enfermedades mentales degenerativas en la Tierra, para lo cual no haría falta ninguna modificación legislativa sino tan sólo un acto de voluntad Suya. Evitaríamos así cualquier tipo de obstrucción burocrática o política, pero es de sobra sabido que Él no suele ser partidario de estas medidas extraordinarias, que tan sólo ha aplicado de manera excepcional y puntual, nunca generalizada, desde el mismo momento de la Creación y siguiendo siempre Sus propios e inescrutables criterios.
En consecuencia, mucho me temo que nos encontramos frente a un callejón sin salida del que nos resultaría muy difícil salir sin contar con apoyo externo. Es por ello por lo que me dirijo a ti, en tu condición de asesor personal Suyo, para solicitarte tu comprensión primero, y tu apoyo después, de cara a poder resolver de manera satisfactoria este problema.
Quedo a la espera de tu respuesta, aprovechando la ocasión para desearte una feliz Eternidad.
Atentamente:
Uribael Serafín, jefe del negociado de Ingresos y Clasificación
Vº Bº Miguel Arcángel, Ministro de Almas
Publicado el 9-4-2012