Discriminación racial



Si siempre resulta lamentable que una sociedad de acrisolada historia se acabe rompiendo, todavía lo es más cuando ésta contaba con nada menos que dos mil años largos de fructífera e ininterrumpida actividad. Así pues, cabe suponer la consternación que invadió a muchos millones de personas el día que Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente hicieron pública su separación irrevocable.

En realidad esta separación no fue total, siendo Baltasar, el Rey negro, quien abandonó a sus dos compañeros Melchor y Gaspar, los cuales manifestaron su voluntad de continuar trabajando juntos tal como lo habían venido haciendo hasta entonces. Entrevistado el monarca subsahariano sobre los motivos de su sorprendente e inesperada marcha, éste declaró que había adoptado esta iniciativa tras su concienciación sobre la secular discriminación a la que se veía sometida su raza, y que en adelante, siendo coherente con sus principios, tan sólo repartiría regalos a niños negros y mulatos, pero no a los blancos.

A la pregunta un tanto impertinente de un periodista acerca de por qué había tardado tanto en descubrirlo, Baltasar respondió sin inmutarse que los movimientos de defensa de los derechos civiles de los negros no habían tenido un apoyo social firme hasta mediados del siglo XX; ciertamente desde entonces habían pasado ya varias décadas, añadió a modo de explicación, pero tenían que ser conscientes de que él estaba atareado durante todo el año, ya que lo de menos era repartir los juguetes la noche de Reyes y el verdadero trabajo consistía en organizar la logística de adquisición y distribución de los regalos durante el resto del año. Así pues no era de extrañar este retraso, disculpable en alguien cuyo período vital rebasaba los dos milenios; de hecho, no había sido sino hasta fechas muy recientes cuando pudo conocer la ideología de Malcom X y los Panteras Negras, fundamental para su cambio de mentalidad. En cualquier caso, había concluido Su Majestad, más valía tarde que nunca.

Por su parte, sus ya ex colegas Melchor y Gaspar rehusaron hacer declaraciones remitiendo a los periodistas a su gabinete de prensa, el cual se limitó a reiterar el compromiso de ambos monarcas con los niños de todo el mundo, sin distinción alguna de razas ni de países. El paje portavoz desmintió categóricamente el extendido rumor de que se pudiera estar buscando un sustituto afirmando que, por ser magos, Melchor y Gaspar podrían asumir perfectamente el trabajo que hasta entonces había estado realizando Baltasar. Negó asimismo toda verosimilitud al reportaje aparecido en una popular publicación, según el cual un paje real y un elfo perteneciente al equipo de ayudantes de Papá Noel se habrían reunido en secreto en un discreto hotel de una pequeña ciudad europea sin que trascendiera la naturaleza de estos contactos, que también han sido rotundamente desmentidos desde Laponia.


Publicado el 6-1-2015