Una sustitución difícil (I)
Decididamente, la fiesta de Reyes no es ya lo que era... No, desde luego, a partir del momento en el que un desequilibrado neonazi asesinara alevosamente al pobre rey Baltasar mientras éste procedía a repartir juguetes por las casas en la noche de un cinco de enero.
Cierto es que Melchor y Gaspar se apresuraron a cubrir el hueco del llorado Baltasar con alguien tan ilustre como el fallecido monarca y también, al igual que todos ellos, de honda estirpe real; pero la nota de exotismo que aportaba el rey negro no existe ya puesto que su sustituto, el noble y sabio rey Salomón, es también de raza blanca.
Dice la oficina de prensa de SS.MM. que se trata de una simple casualidad, y que el rey Salomón fue elegido debido exclusivamente a su sabiduría y bondad; pero no falta quien afirma, en especial dentro de los círculos de inmigrantes subsaharianos, que se trató de un simple y deliberado blanqueo de imagen aprovechándose de las trágicas circunstancias que envolvieron la desaparición del rey favorito de los niños... Aunque ya se sabe que estas minorías raciales suelen ser muy, pero que muy susceptibles.
Publicado el 2-2-2007 en NGC 3660