El Juicio Universal



Una mañana, cuando nadie lo esperaba, una voz estentórea procedente del cielo anunció la llegada del Juicio Universal a las doce de la noche del meridiano de Greenwich, o su equivalente en los diferentes husos horarios.

Aunque en un primer momento se tomó como una broma de mal gusto o, con más probabilidad, como una agresiva campaña publicitaria, pronto se descubrió que el mensaje era real. ¿Cómo si no podía explicarse que el mensaje hubiera sido oído en la totalidad de los lugares habitados del planeta, incluso en los más remotos, y siempre en los idiomas que se hablaban en ellos? Incluso cuando en un país o región coexistían dos o más idiomas cada cual lo oía en su propia lengua materna, con independencia de que justo a su lado alguien lo hiciera en otra distinta.

Por si fuera poco, apenas terminado el mensaje apareció en el firmamento, a modo de brillante aurora polar siempre visible en el cénit desde cualquier punto de la Tierra, un inmenso rótulo, que también podía ser leído en diferentes lenguas y alfabetos, repitiéndolo mientras un contador desgranaba el tiempo que restaba hasta el momento final. Asimismo, en todos los medios de comunicación -radio, televisión, internet ¡e incluso en los periódicos impresos!- el mensaje se repetía periódicamente, tanto de forma oral como escrita, sin que ni los más avezados informáticos fueran capaces de borrarlo.

Así pues, la conclusión unánime a la que se llegó fue que el mensaje era verídico y provenía realmente del Más allá, por lo que la humanidad, o mejor dicho su existencia mortal, tenía las horas contadas... de manera literal.

En el breve lapso de tiempo que restaba para la Hora Final las reacciones individuales fueron de lo más variopinto dependiendo de la idiosincrasia de cada uno, resaltando especialmente el impacto que supuso para todos aquellos que se proclamaban ateos, agnósticos o indiferentes en todo lo relacionado con la vida eterna. Incluso entre los propios creyentes había división de opiniones, ya que si bien las interpretaciones de como tendría lugar el proceso, y sobre todo lo que ocurriría después, variaban mucho dentro de una misma religión, huelga decir que las discrepancias se agrandaban entre los seguidores de las distintas creencias conforme a su respectivas teologías.

En lo que sí coincidieron la práctica totalidad de los habitantes del planeta fue en un generalizado pasmo inicial seguido de un frenesí por apurar lo poco que les quedaba de vida, el cual abarcó desde las conversiones más fervientes al desenfreno más exacerbado. Habría sido una ocasión de oro para que los psicólogos y los sociólogos realizaran el estudio de campo más trascendental de la historia de ambas disciplinas... si ellos mismos no hubieran estado imbuidos por idéntica sensación de que todo estaba a punto de acabar y por consiguiente no merecía la pena embarcarse en nada nuevo.

De esta manera se fueron desgranando las últimas horas de la humanidad, durante las cuales ésta dio lo mejor y lo peor de lo que era capaz.

Y llegó el momento, gozoso para unos, fatídico para otros e incierto para la inmensa mayoría, en que los relojes que seguían el huso horario de Greenwich -no se tuvieron en cuenta las peculiaridades de los horarios oficiales de cada país-, o su equivalente en el resto del planeta, dieron doce campanadas que a todos sonaron doblando a muerto.

Apenas se habían acallado sus ecos cuando el cielo pareció arder, de horizonte a horizonte, en una impresionante pirotecnia que dejaba chico a cualquier meteoro conocido o siquiera imaginado, al tiempo que retumbaban los truenos y el suelo se agitaba entre ominosos crujidos. El preludio al Fin del Mundo fue breve, acallándose simultáneamente los fuegos celestes, los terremotos y los truenos.

Pero no siguió nada parecido a lo profetizado por san Juan en el Apocalipsis ni a lo especulado por los exégetas de las diferentes religiones a lo largo de los siglos. En su lugar, volvió a aparecer un nuevo mensaje escrito en el cielo que rezaba lo siguiente:


FIN DEL SIMULACRO DE JUICIO UNIVERSAL V 1.0
ÉSTE HA SIDO UN ENSAYO GENERAL
REPETIMOS: ÚNICAMENTE UN ENSAYO GENERAL
EL JUICIO UNIVERSAL TODAVÍA NO HA LLEGADO
TODO CONTINÚA IGUAL QUE SIEMPRE
PUEDEN REANUDAR SUS ACTIVIDADES COTIDIANAS
PERMANEZCAN ATENTOS AL PRÓXIMO SIMULACRO
NO HABRÁ ADVERTENCIA PREVIA


Publicado el 10-8-2021