Poderoso caballero...
Desde hacía tiempo, los científicos habían especulado largo u tendido sobre como podría ser el Fin del Mundo o, cuando menos, la extinción de la humanidad, entendiendo como tal un final catastrófico e inesperado y no fruto de la inevitable muerte del Sol dentro de cuatro o cinco mil millones de años.
La hipótesis favorita, a la par que la más conocida por el gran público, era la del impacto de un asteroide o un cometa, de suficiente tamaño como para causar una extinción masiva similar a la que presuntamente acabó con los dinosaurios o a la todavía más mortífera extinción del Carbonífero. Otras teorías barajaban causas tales como el estallido de una supernova cercana, cambios climáticos drásticos provocados por una actividad volcánica desusada e incluso alteraciones repentinas de la actividad solar. A ellas se sumaban, como cabía suponer, todo tipo de especulaciones más o menos delirantes lanzadas por charlatanes y embaucadores de toda laya, aunque estas últimas no eran tomadas en consideración en los círculos académicos, aunque sí por más de una publicación popular.
Lo que nadie pudo ser capaz de predecir fue la súbita volatilización de la Tierra y del resto de los astros del Sistema Solar, con el Sol incluido, en apenas unos microsegundos, tras la cual el vasto volumen que ocupaban éstos quedó completamente vacío al haber desaparecido incluso las partículas de polvo y las moléculas de gas que en ínfima cantidad acostumbran a existir desperdigadas por el espacio. De haber sobrevivido algún astrofísico, y de haber tenido éste los conocimientos suficientes, quizá podría haber aventurado la posibilidad de que un haz gigantesco de energía desconocida, que probablemente no fuera de ningún tipo de energía sino de una ignota manifestación de las fuerzas fundamentales del universo, hubiera barrido todo cuanto se interponía en su camino sin dejar tras de sí ni la menor partícula material; pero como esta circunstancia no se llegó a dar, nadie hubo que pudiera certificar el fin de la Tierra y, con él, la extinción de la humanidad.
¿ATENTADO ECOLÓGICO EN EL SECTOR 7?
De nuestro corresponsal en Vrgtxcia, Sector 7.
La asociación ecologista Universo Radiante ha denunciado públicamente el atentado ecológico que, según sus portavoces, se ha perpetrado en el Sector Galáctico nº 7 y, más concretamente, en la región conocida como NYD-203/2ª, una zona prácticamente despoblada y hasta hace muy poco sin urbanizar, durante la construcción de un tramo de la Ronda Brazo Exterior - Brazo Sur que la atraviesa enlazando las populosas regiones vecinas KPT-987/1ª y ABV-326/5ª. Esta Ronda forma parte del trazado del Gran Colector Interbraquial diseñado para regularizar el tráfico entre los diferentes brazos galácticos, evitando su paso por las congestionadas áreas del centro y el halo, y el tramo objeto de discusión era uno de los pocos que quedaban aún sin construir a causa del preceptivo informe de impacto ambiental que fue preciso redactar al discurrir éste por zonas potencialmente sujetas a protección paisajística.
Según Universo Radiante el gobierno sectorial, haciendo caso omiso de las conclusiones del citado informe, consintió que fuera arrasado un volumen de siete mil aartias de longitud y trescientos de radio, mediante la emisión de un haz barredor de radiación keppa, para la construcción del tubo colector de tráfico, lo que ha supuesto la desaparición total de varios sistemas planetarios incluyendo XB-403-0000005J, que tenía incoado expediente de declaración de espacio natural protegido. Nada queda hoy de estos sistemas, mientras la maquinaria pesada de la empresa constructora ha comenzado ya a instalar los deflectores másico/energéticos que constituirán la futura superficie protectora del tubo colector. Universo Radiante ha llamado la atención, asimismo, sobre las presuntas irregularidades detectadas en la concesión de la obra a Construcciones Galácticas y Cumulares, al sospecharse la existencia de vínculos clientelares entre los propietarios de la citada empresa y altos cargos de la Consejería de Infraestructuras del Gobierno Sectorial, algo que en su día fue denunciado por las otras empresas constructoras que se presentaron al concurso, cuya reclamación fue finalmente sobreseída en la Audiencia Sectorial.
A requerimiento de nuestros redactores un portavoz de la Consejería de Infraestructuras ha manifestado que todas las contrataciones de obras públicas convocadas por el Gobierno Sectorial se ciñen escrupulosamente a la normativa legal vigente, desafiando a cualquiera de estos subversivos (sic) a demostrar ante los jueces lo contrario. En cuanto a la destrucción del sistema XB-403-0000005J, afirmó que el expediente incoado, aun cuando hubiera sido resuelto de forma positiva, algo bastante dudoso, nunca habría tenido capacidad legal para paralizar la construcción del tubo colector, dado que el nivel de protección previsto era tan sólo de 1 e inferior al asignado a una obra de interés público de grado 3. Esto se debía a que tan sólo se había detectado vida en estado embrionario en un único planeta del sistema, quedando ésta por debajo del nivel -3 de la escala Koose/Jrrrptrrptf considerado legalmente como mínimo para la protección ecológica.
Estos argumentos son rebatidos a su vez por Universo Radiante, que afirma que si bien es cierto que el nivel biológico asignado al planeta en cuestión no alcanzaba el citado mínimo, se trataba de una valoración muy antigua y no homologable con los parámetros actuales, por lo que hubiera sido preciso realizar una nueva evaluación ante las sospechas fundadas de que desde entonces pudiera haber existido una importante evolución de las entidades biológicas locales, presumiblemente hasta valores superiores al citado -3, pero que a pesar de sus reiterados requerimientos las autoridades sectoriales siempre se habían negado a hacerlo.
Asimismo, los ecologistas denuncian que su propuesta alternativa, entregada en plazo y forma durante el período de alegaciones, no fue tomado en consideración pese a que habría bastado, tal como se exponía en su proyecto, con una ligera desviación del tubo colector de apenas dos eegs de arco en el punto de máximo alejamiento para que el sistema se hubiera salvado en su totalidad, lo cual niegan los portavoces gubernamentales afirmando que tal desvío no era factible dado que no se hubieran podido respetar los valores máximos de curvatura establecidos por la normativa estatal para astrovías de primer nivel, algo que desmienten los ecologistas afirmando que el motivo real no fue otro que un encarecimiento previsto del 3% sobre el coste total de la obra.
En cualquier caso, y sea cual sea la sentencia definitiva, lo que resulta evidente es que a partir de ahora una de las escasas zonas vírgenes que se preservaban prácticamente intactas en la galaxia va a estar atravesada por una de las vías de comunicación de mayor densidad de tráfico de todo el disco. Esperemos que tan irreparable pérdida se vea al menos compensada por una menor congestión viaria en todo este sector galáctico.
Seguiremos informando.
Publicado el 26-9-2016