Apocalipsis
Con un gesto de hastío, Dios se incorporó de su asiento desentendiéndose del juego.
-Miguel, -ordenó a su ayuda de cámara- recoge el tablero y guarda las fichas.
-Señor, -objetó éste- son demasiadas. ¿Qué hago con las que sobran?
-Arrójalas al incinerador. Total, ya no sirven para nada...
Publicado el 15-7-2006 en Axxón