Creación caducada
Un día, cuando nadie lo esperaba y sin que los astrónomos detectaran el menor indicio de que la catástrofe pudiera ocurrir, el Sol estalló repentinamente destruyendo la Tierra y la totalidad de la vida que el planeta albergaba, incluida la indefensa humanidad. Por suerte, todo fue tan rápido que nadie llegó a ser consciente de su dramático final.
Tiempo después -en escala cósmica, se entiende- un amigo intentaba consolar sin demasiado resultado al Creador, compungido por su fracaso:
-Ya te lo advertí, comprar una estrella con la fecha de caducidad a punto de vencer no era una buena idea por mucho que te saliera tan barata. Ahora tendrás que volver a empezar, y yo te recomendaría que esta vez te rascaras el bolsillo y acudieras a un proveedor de confianza; lo barato suele acabar saliendo caro.
Publicado el 12-9-2023