Nadie es perfecto



El fin de semana pasado cenamos con los Peláez. Nos los habían presentado unos amigos comunes y enseguida nos sentimos atraídos por ellos, ya que se trataba de un matrimonio encantador desbordante de simpatía y jovialidad.

Lástima que resultaran estar demasiado duros.


Publicado el 21-11-2016