Obstáculo imprevisto
Era feliz. Inmensamente feliz. La mujer de su vida le había dado el ansiado sí quiero, y pronto empezarían a hacer los preparativos para la boda en el convencimiento de que su matrimonio sería para siempre, puesto que ambos estaban profundamente enamorados.
Tan sólo quedaba un escollo a salvar. La familia de ella era extremadamente tradicionalista y daba una importancia capital a las ceremonias sociales, con independencia de que éstas siguieran vigentes o se hubieran convertido, desde generaciones atrás, en un anacronismo vacío. A él esto no le importaba en absoluto, y aceptaría gustoso cumplir cuanto le pidieran con tal de lograr el beneplácito de su futura familia.
Pero tropezó con un obstáculo que por desgracia se reveló irresoluble. Los padres de la novia se mostraban inflexibles a la hora de exigir una protocolaria pedida de mano, y... ¿acaso he olvidado decir que ella era discapacitada física de las extremidades superiores? Vamos, que tenía amputadas ambas manos. O, como se decía anteriormente, era manca.
Publicado el 6-8-2022