Nibiru
Al igual que Hercóbulus, con quien guarda notables similitudes, Nibiru es un planeta hipotético o, por decirlo con mayor precisión, falsario surgido de la imaginación del seudoinvestigador Zecharia Sitchin, uno de tantos defensores de las teorías de los dioses astronautas que tanta popularidad alcanzaron durante los años setenta y ochenta del pasado siglo XX.
Eso sí, para darle credibilidad Sitchin se preocupó por buscarle un nombre tomado de la antigua mitología babilónica, en la cual se identificaba a Nibiru -quizá Júpiter- con el planeta asociado al dios Marduk.
A diferencia, pues, de otros planetas hipotéticos postulados dentro de los propios ámbitos académicos en un intento de explicar, con mayor o menor fortuna, determinados fenómenos astronómicos o naturales, tal como ocurre con Vulcano, Faetón, Némesis, Tea o Tyché, la esotérica teoría de Nibiru carece de la más mínima base científica, lo que no impide que Sitchin le convirtiera en el causante de una serie de desastres de magnitud planetaria -entre ellos la formación de la Tierra y del cinturón de asteroides- tras las oportunas colisiones catastróficas entre los distintos astros. Nibiru, en concreto, sería una especie de enana marrón que describiría una órbita sumamente excéntrica alrededor del Sol con un período orbital de unos 3.600 años, causando los consiguientes descalabros en sus sucesivos acercamientos a nuestro planeta.
Publicado el 4-3-2013